En el mundo contamos con múltiples especies de cérvidos que no solo embellecen los paisajes naturales de nuestro mundo, sino que ocupan un lugar muy importante dentro de la cadena alimenticia de varias especies carnívoras distribuidas en nuestro planeta. Sin los ciervos cientos de animales sufrirían de manera negativa las consecuencias que esto conllevaría.
A lo largo de la vida han existido especies de ciervos que ya no podemos encontrar en la actualidad. Los motivos de su extinción se relacionan con la capacidad de adaptación a los cambios climáticos y sobre todo a la presencia del hombre, quien desde mucho tiempo atrás veía a estos animales como una abundante fuente de carne fácil de capturar.
La lista de géneros y especies extintas es muy extensa. Entre ellas podemos mencionar a los géneros:
Procervulus. Con restos fósiles de sus representantes en varias regiones de Europa.
Dicrocerus. Con cinco especies que murieron a inicios de la era del Plioceno sin dejar ningún tipo de descendencia.
Eucladoceros. Ciervos muy grandes de alrededor de 1.8 m de altura y vistosas cornamentas en forma de peine que habitaron los paisajes de Asia central, Medio oriente y Europa.
Libralces. Bellos mamíferos rumiantes que vivieron en la era del Plioceno y que lucieron cornamentas enormes de más de 2 metros de longitud. Se dice que son ancestros de los alces actuales.
Antifer. Este género extinto se formaba por ciervos de pequeño tamaño nativos de América del sur, abarcando especialmente el sur de Brasil y la región cental de Chile y Argentina.
Se estima aproximadamente 43 géneros extintos.
A continuación te mencionaremos algunos ejemplos de ciervos que a pesar de ya no existir, llamaron la atención de los científicos debido a sus peculiares restos fósiles encontrados, los cuales revelaron hechos sorprendentes que fueron de gran ayuda para los avances de investigación sobre la familia de los cérvidos.
El alce irlandés (Megaloceros giganteus) es también conocido como Megalocero o ciervo gigante. No hace falta mencionar cuál era su principal característica, pero para que te des una idea del tamaño que poseía, imagínate a un ciervo de poco más de 2 metros de altura pero con una masa corporal de 600 kg y una cornamenta tan enorme, que la del actual alce (Alces alces) se ve pequeña. Si deseas observar esqueletos del gran Megalocero, está disponible en el Museo de Historia Natural en Dublín.
Ciervo de Schomburgk (Rucervus schomburgki). Este cérvido de origen Tailandés y de un pelaje marrón como sus parientes actuales, dejó de ser parte de la fauna terrestre a consecuencia de la caza furtiva cuyo auge se presentó en el año de 1932. Para 1938 el último ejemplar fue exterminado, aunque algunos pobladores aseguran que han llegado a ver a algunos ejemplares. Si esto fuera cierto, ¿crees que sería bueno darlo a conocer? o piensas que los cazadores se esforzarían por conseguir las astas de los últimos ejemplares vivientes y poder venderlas por mucho dinero.
Cervalces scotti, mejor conocido en inglés como stag-moose fue un hermoso y majestuoso alce que habitó en los humedales y bosques de Norteamérica durante el Pleistoceno. Sus astas palmeadas, su altura de 2.5 m y su peso aproximado de 700 kg, lo convirtió en un ejemplar único e impresionante. Se extinguió hace alrededor de 11,500 años. Actualmente se exhibe su esqueleto en el Museo Real de Ontario, en Canadá.
Cervalces latifrons es otro exponente del género Cervalces que vivió durante el Pleistoceno en Asia y Europa y que también poseía un gran tamaño, pues lograba alcanzar hasta 2.1 m de altura. Sus singulares astas tenían puntas hacia todas direcciones, como unas manos, solo que con picos puntiagudos y muy duros.
El ciervo del padre David es una especie viviente a punto de formar parte de la lista de las especies extintas.
Próximo a la extinción
Como si no fuera suficiente tener una gran lista de especies extintas, el milú o popularmente conocido como el ciervo del padre David (Elaphurus davidianus) está a punto de formar parte de los ciervos desaparecidos en su totalidad, pues es imposible encontrarlos en su hábitat natural, solo existen algunos ejemplares en cautiverio.
Se ha reintroducido a varias partes del mundo con la esperanza de que su población vuelva a incrementar lo suficiente como para ser puesto en libertad, pero no es tarea fácil y las probabilidades son escasas.